Abeto rojo y alerce:
Estas dos plantas tienen las mismas propiedades terapéuticas y pueden usarse de la misma forma. Se recogen las ye mas en primavera y se prepara la infusión en la dosis de 5 a 20 gramos, para un total de 200 gramos de filtrado; ésta resulta benéfica contra el catarro, y además es balsámica. De !a corteza del tronco se extrae la trementina, que en la dosis de 8 a 30 gotas cura la laringitis, a la gangrena pulmonar. La trementina se usa también en pomadas, empleadas en caso de reumatismo y de artritis. No se deben sobrepasar las dosis indicadas.
Acederilla:
Es una pequeña planta silvestre que crece espontánea en primavera, en terrenos húmedos. Sus hojas, aunque más chiquitas, se parecen a las del trébol; las flores son encarnadas y amarillas. La plan-tita toda es débil, tierna, jugosa, quebradiza y de un sabor ácido; si se mantiene fresca cura la inflamación de la boca y alivia el escorbuto; su jugo fresco se toma para curar la diarrea, en dosis de 3 a 5 cucharadas diarias. La infusión, preparada con 15 gramos de la planta fresca o tres gramos de la seca en medio litro de agua, es una óptima bebida refrescante, que hace bajar ¡a temperatura en los estados febriles, y aún más, limpia lo ríñones, aumenta la secreción de la orina, purifica la sangre y es muy beneñciosa cuando se sufre de inflamaciones internas y para aliviar el escorbuto. Se toma medio litro de la infusión, en pequeñas dosis, durante el día; pero como la planta contiene substancias venenosas, nunca se debe usar en dosis excesivas.
Aciano:
Esta planta se encuentra comúnmente en la Península Ibérica; sus flores son muy bonitas, de color azul, y su cocimiento se usa como colirio en Jas conjuntivitis; la infusión resulta muy valiosa cuando hay tos, ayudando a Ja expectoración.
Acónito:
Se encuentra en las altas montañas de los Pirineos, en la Península Ibérica; mide hasta un metro de altura. En general, las flores son azules, raras veces blancas o rojas; la raíz es fusiforme, negra por fuera y blanquecina por dentro. Es una planta muy venenosa que acciona sobre el sistema nervioso. De la raíz se extrae un alcaloide, la aconitina, que es muy eficaz en los casos de asma, tos, neuralgias, tic nervioso, etcétera.
Adelfa:
Este arbusto crece espontáneo en Europa y en África, y es cultivado con fines ornamentales. Sus hojas son lanceoladas y las flores muy bonitas, grandes, de color rosa intenso o blancas o rojas. Las flores, las hojas y la corteza contienen un glucósido de evidente acción cardiaca, similar al digital, muy beneficioso para las personas de edad avanzada cuando padecen de insuficiencia cardiaca.
Adormidera:
Es una planta originaria de Oriente, que contiene opio y morfina. Es, pues, peligroso usarla indebidamente, por lo que es obligado que siempre la administre un médico. Haciendo cortes en las cápsulas inmaturas se sale un látex que se coagula al aire: es el opio. Por su acción hipnótica y analgésica, el opio y la morfina son utilizados en medicina en los casos de neuralgias, y también en los cólicos. El opio contiene muchos alcaloides; los más importantes son: la morfina, narceína, codeína, papaverina, tabaína, narcotina y ácido me-cónico. Puede usarse, en forma de tisana, en la dosis de 25 gramos de la planta sin semillas, en un litro de agua hirviendo, para tomarse en las 24 horas; en lociones, con 30 gramos de adormidera, sin semillas, en un litro de agua, dejar hervir y filtrar; contra los cólicos uterinos y los dolores del cáncer de la matiz y los cólicos intestinales, en lavativas preparadas con 20 gramos; de la cabeza de la planta triturada y sin semillas, en medio litro de agua hirviendo, dejada en infusión por dos horas y filtrada. Las cataplasmas de cápsulas y hojas cocidas tienen propiedades calmantes; aplicadas en la zona afectada, alivian los dolores reumáticos, los cólicos del vientre y las contusiones y llagas dolorosas.
Agave:
Esta planta herbácea perenne, es silvestre y cultivada. Las hojas son de color gris verde, tienen una lista amarilla en sus bordes y son gruesas, carnosas y muy largas, tal vez más de un metro; son dentadas, lanceoladas y espinosas al borde, terminando en una punta espinosa y resistente. El tallo de la flor sale del centro de las hojas, y llega a veces hasta 8 metros de alto; las flores brotan al término de este tallo, no muy numerosas y de color gris verde. La cocción de las hojas, que se hace con 60 gramos de éstas en 1 litro de agua, bebida en las comidas es útil para depurar la sangre, los ríñones y los intestinos, y también para curar las enfermedades del tugado y la ictericia. Si se le agrega a la planta en cocimiento un puñadito de ajenjo, servirá para purificar el estómago, y resultará beneficiosa en la hidropesía, eliminando las substancias acuosas. Al añadir a la cocción de agave, miel de abejas, se obtendrá una óptima bebida de calidad refrescante y depurativa; y si este cocimiento se filtra, se podrá emplear como colirio en la curación de los ojos inflamados. Las rafees del agave, en dosis de 30 a 40 gramos por 1 litro de agua, son eficaces depurativas de la sangre, su cocimiento, añadiendo por cada taza el jugo de medio limón, es bebido durante las comidas.
Agripalma:
Es frecuente encontrarla entre ruinas y escombros o en terrenos no cultivados de Europa central. Se hace la infusión con las sumidades floridas, en dosis de 1 cu-charadita por taza de agua, tomándose tres veces al día; actúa como sedante sobre el sistema nervioso central y vegetativo, en forma parecida a la valeriana, pero con efecto más intenso. La cocción se emplea en las partes externas como cicatrizante.
Ajenjo:
Esta planta es silvestre y se encuentra en las riberas pedregosas y en lugares no cultivados de los llanos montanos. Toda ella es vellosa, ramificada y blanquecina; las flores, amarillas, chicas y numerosas, forman racimos compuestos. Por sus principios amargos, es usada en todos los casos en que se hace necesario estimularla digestión, es decir, en ¡a clorosis, anorexia, dispepsia, meteorismo, convalecencia, etcétera. La infusión se hace con media cucharadita por taza de agua, y se toma media hora antes de las comidas. Pero, a causa de su sabor amargo, se prefiere usar el vino o la tintura; esta última en dosis de 20 a 30 gotas, antes de las comidas. El vino se prepara con la maceración, durante 24 horas, de 30 gramos de hojas secas en 60 gramos de alcohol de 60 grados; después se le añade un litro de vino blanco, y se filtra al cabo de unos diez días; la dosis no debe ser de más de 100 gramos al día. No hay que olvidar que el hábito de tomar aperitivos o licores que contengan ajenjo puede tener graves consecuencias, es decir, provocar el envenenamiento lento (ab-sintismo crónico), característico del ajenjo, que puede causar convulsiones epilépticas.
Alcanfor:
Originario del Asia oriental, da la substancia bien es conocida ;on su mismo nombre, destilándose la madera y las hojas. Tiene varios usos industriales. En medicina se utiliza externamente, en emplastos o soluciones oleosas y alcohólicas, para combatirlas neuralgias, la gota y los dolores musculares y articulares; y su empleo interno es muy valioso contra el colapso cardíaco, la esclerosis, tuberculosis pulmonar, pulmonía, asma, tifoidea, fiebres intermitentes y eruptivas, purulentas, pútridas, la peste, la viruela y la gangrena; pero no deben usarse cantidades elevadas. Para uso externo las dosis son: Alcohol alcanforado, 1 por 10 de alcohol de 90°; aguardiente alcanforado, 1 por 40 de alcohol de 60°; agua alcanforada, 1 por 100, y aceite alcanforado 1 por 10. Fara uso interno: polvo de madera y hojas de 2 a 5 gramos por día, en pildoras, pociones, etcétera.
Algarrobo:
Es un árbol espinoso que alcanza 6 metros y más de altura. Su fruto se llama algarroba, y es una vaina de 30 centímetros de largo por 3 centímetros de ancho, de un color verde que se pone obscuro cuando madura; contiene semillas y una pulpa dulce que les gusta mucho a los niños. Con el fruto cocido y fermentado se prepara una bebida similar a la chicha, la cual tiene virtudes purgativas^ es muy refrescante. La cocción de dos o tres frutos en 1 litro de agua, da una bebida que refresca mucho, es algo laxante y actúa eficazmente en las afecciones del corazón. Los frutos verdes tienen virtudes astringentes; el caldo de sus cocciones se usa en gargarismos contra la initación de la garganta, en forma de colirio en las inflamaciones de los ojos, y en lavados intestinales en los casos de dianeas.
Algodonero:
Esta planta crece espontánea en muchos lugares, y en cultivo se produce en gran cantidad. La materia que se llama algodón es la membrana de los pelos que envuelven las semillas. Las flores, hojas y semillas del algodonero, en infusión de 12 a 15 gramos por 1 litro de agua, dan un remedio de gran alivio en las afecciones pulmonares y bronquiales, si se toman en pequeñas dosis, resultando valiosa, además en los casos de disentería. La semilla contiene un aceite comestible Con un tratamiento especial, las industrias crean el algodón hidrófilo, de tanto uso en medicina y cirugía.
Alholva o fenogreco:
Por sus muchas virtudes medicinales esta planta anual se cultiva ya industrialmente. Sus flores son blancas, chiquitas, solitarias; las hojas, trifoliadas, se parecen mucho a las del trébol, aunque más pequeñas; el tallo es débil, alcp ramoso y llega hasta 40 centímetros de altura. Se usa la semilla, reducida a polvo, como cataplasmas; se prepara formando una pasta con agua fría, se pone al calor tenue del fuego —revolviendo la masa hasta que tome consistencia—, se la coloca sobre una gasa y se aplica en la zona afectada. Hay que renovar la cataplasma algunas veces durante el día, dejando una por la noche. Con este remedio se logra madurar los tumores, y ablandar toda clase de hinchazones, forúnculos, etcétera. De la alholva en polvo (50 gramos por 1 litro de agua), se hace un cocimiento para la curación de heridas, colando bien el caldo y aplicando los fomentos tibios en la zona enferma. En esta forma se curan heridas putrefactas, tumores y Hagas tuberculosas, además de abscesos, tumores, y postemas cancerosas y gangrenosas. Para calmar las irritaciones del aparato digestivo, se prepara la cocción de las semillas machacadas, 30 gramos en 1 litro de agua, que se usará en lavativas intestinales. En la dosis de 5 gramos de la planta por 1 taza de agua hirviendo, se deja enfriar, se cuela muy bien, se le añade miel de abejas y se usa en gárgaras cuantas veces se necesite para reducirla inflamación de la garganta.
Almendro:
Es un árbol frutal que se cultiva en abundancia. Su fruto, la almendra dulce, tiene muchas virtudes terapéuticas, a parte de constituir un buen alimento, sano y nutritivo; tonifica el cerebro, fortifica el organismo, cura las úlceras y acidez del estómago y aumenta la memoria. Contiene muchas sales minerales orgánicas y las vitaminas B. La horchata que se hace con los frutos combate las inflamaciones internas, aplaca las excitaciones nerviosas, y procura un sueño sereno y tranquilo; se recomienda en particular a Jos que padecen de los bronquios. Con moler las semillas de la planta se obtiene un aceite que es tónico, aperitivo, ablanda los tumores y abscesos y es levemente laxante; se toma una cucharada antes de cada comida. Si se toman durante un tiempo, en ayunas, dos cucharadas de aceite de almendras con el jugo de un limón, da buenos resultados en los casos de urticaria crónica. El aceite logra calmar los dolores del oído poniendo varias gotas en este órgano. Calma el dolor de las quemaduras cuando se aplica en las zonas afectadas.
Áloe:
Hay muchas especies de áloe, que se cultivan también con fines ornamentales; es una planta muy usada en medicina. Las hojas son largas, carnosas, con bordes espinosos; tiene flores blancas, amarillas o rojas; el fruto es una cápsula. Haciendo incisiones en las hojas sale un jugo que, condensado, constituye la droga; sus propiedades son tónicas, eupépticas y colagogas. La droga, en dosis de 0,02 a 0,05 gram. n es reforzante, digestiva y purgante. Psxa uso extemo, en llagas y úlceras, la misma dosis indicada se debe disolver en agua caliente.
Althaea rosa:
Llega a medir 2 metros de altura; tiene flores esplendorosas, hasta de 10 centímetros de diámetro, reunidas en racimos de color rojo, blanco o rojo violeta. La substancia activa está contenida en las hojas y en los pétalos; el cocimiento de las unas o de los otros es muy valioso en la faringitis, disentería e inflamaciones rectales; se usa como colutorio, por vía oral, y en lavativas.
Es una planta vistosa que vive en Europa; tiene flores blancas agrupadas en grandes umbelas. En la gastritis, colitis y falta de apetito, se emplea con buenos resultados la infusión de la raíz al 5%, y el extracto fluido en dosis de 30 a 80 gotas. Facilita la digestión si se toman algunas semillas después de las comidas.
Anís:
Se usa la semilla machacada en la proporción de 8 gramos para 1 litro de agua hirviendo; expulsa los gases del estómago y del intestino, es diurético, ayuda a la digestión, reduce los cólicos del vientre, quita el dolor de cabeza provocado porla dispepsia. Tomando una pizca de anís molido en poca agua se pasa el hipo.
Arándano rojo:
Es un arbusto pequeño, de apenas 30 centímetros de altura, que crece en los Alpes. Sus hojas son coriáceas y tiene flores rosadas o blancas; los frutos, de color rojo, son comestibles y contienen mucha vitamina C. Se usa la cocción de las hojas, al 10%, para combatir las diarreas y el catarro gastrointestinal. Otros arbustos de la misma familia son ricos en substancias tánicas, y se emplean como antisépticos del aparato urinario.
Aro:
Es una planta venenosa; si se comen sus bayas rojas de forma redonda se producen envenenamientos hasta muy graves. Sin embargo, preparando una tintura con sus rizomas tuberiformes, en la dosis de 5 a 10 gotas, tomadas tres veces al día, se cura la inflamación del estómago, del intestino y de las vías respiratorias y también los padecimientos de gota y reumatismo.
Arrayán:
Es un arbusto perenne, particular de la zona mediterránea. Las hojas son perfumadas, agudas, ovales, enteras y punteadas; sus flores son blancas, y el fruto es una baya negra. Se hace una infusión o una cocción del 5 al 10%, que se usan como gargarismos en la estomatitis, o se toman en los casos de bronquitis y cistitis.
Atropa belladona:
Con frecuencia esta planta es cultivada, pero vive silvestre en los bosques de Europa. Alcanza una altura hasta de 150 centímetros; tiene flores campanuladas y el fruto es una baya negra, que ya madura se pone amarilla. Su principio activo se encuentra en hojas, raíces y semillas; se aplica en muchísimos usos terapéuticos. Para nombrar algunos: actúa en las terminaciones nerviosas aplacando el dolor; es antiespasmódica, por lo cual se emplea en asma y tos ferina; reduce el sudor en los tuberculosos, y también la hiperacidez gástrica, etcétera.
Azucena:
Es una planta proveniente de Asia, con muy bellas flores blancas, usada como planta ornamental. Los bulbos frescos, reducidos a pasta, para hacer cataplasmas, se agilizan para las infecciones de la piel y las quemaduras, o también se emplea el aceite de azucena, que se obtiene macerando los pétalos en aceite de oliva.